¿Qué es la reducción de riesgos y daños?
La reducción de riesgos y daños (RRyD) es una estrategia de salud pública que busca prevenir daños irreparables a la salud y salvar vidas al minimizar las consecuencias negativas asociadas al consumo de sustancias psicoactivas, sin centrarse únicamente en la abstinencia.
Este enfoque parte del reconocimiento de que muchas personas no pueden o no quieren dejar de consumir sustancias psicoactivas, y que, independientemente de su situación, siguen siendo sujetas del derecho a la salud. La RRyD promueve intervenciones prácticas, basadas en evidencia científica y respetuosas de los derechos humanos, que ofrecen servicios de salud para reducir los daños asociados al consumo, al tiempo que fomentan la autonomía y colocan en el centro la dignidad de las personas.
Esta perspectiva no sustituye las estrategias de prevención ni los servicios de tratamiento, sino que amplía el repertorio de respuestas del sistema de salud pública, ofreciendo una atención más integral y adaptada a la diversidad de trayectorias y contextos de consumo. En lugar de centrarse únicamente en el uso de sustancias psicoactivas, la RRyD se enfoca en mejorar la salud y el bienestar de las personas.
Perspectiva internacional: resolución de la Comisión de Estupefacientes de la ONU
En marzo de 2024, durante el 67º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND), se adoptó una resolución que reconoce explícitamente la reducción de riesgos y daños como una estrategia eficaz para abordar las crisis de sobredosis.
La resolución alienta a los Estados miembros a desarrollar e implementar medidas de reducción de daños con el objetivo de minimizar las consecuencias adversas para la salud pública y la sociedad derivadas del uso de sustancias psicoactivas. Este enfoque refleja un compromiso político hacia políticas más equilibradas, centradas en la salud pública y los derechos humanos.
Además, durante este período de sesiones, se llevó a cabo un examen de mitad de período para evaluar el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de políticas públicas. Este examen destacó la necesidad de fortalecer las estrategias de reducción de daños como parte de un enfoque integral para abordar el consumo de sustancias psicoactivas.
Este avance ha sido reconocido por diversas organizaciones internacionales, como ONUSIDA, que considera esta resolución como un hito en el compromiso político de reequilibrar las políticas en la materia hacia un enfoque de salud pública.
Enfoque nacional: guías de CONASAMA
En México, la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONASAMA) ha desarrollado guías para implementar el enfoque de RRyD:
Guía para reducir los riesgos y daños por consumo de alcohol y uso de drogas en mujeres: Esta guía proporciona estrategias específicas para abordar el consumo en mujeres, considerando factores de género y promoviendo intervenciones sensibles y efectivas.
Guía breve para la implementación del enfoque de reducción de riesgos y [1] daños con usuarios de drogas: Este documento ofrece un panorama epidemiológico del consumo de sustancias en México y propone estrategias basadas en evidencia científica para reducir los daños asociados al consumo.
Estas guías establecen las bases para diseñar políticas públicas centradas en el humanismo, la evidencia científica y los derechos humanos.
Consenso de Roma 2.0: hacia una política de drogas humanitaria
El Consenso de Roma 2.0 es una iniciativa internacional que busca promover políticas de drogas basadas en la salud pública, los derechos humanos y la dignidad de las personas. Esta plataforma enfatiza la necesidad de reducir los efectos negativos causados por la criminalización y estigmatización de quienes usan drogas o viven con enfermedades infecciosas, facilitando su acceso a tratamientos y servicios de salud. El objetivo principal es disminuir el sufrimiento y mejorar la calidad de vida de estas personas, abogando por enfoques humanitarios y realistas en las políticas de drogas.
Conferencia Internacional de Reducción de Daños: tres décadas de legitimidad global
Desde 1990, la Conferencia Internacional de Reducción de Daños, organizada por Harm Reduction International (HRI), se ha consolidado como el principal foro mundial sobre políticas de drogas centradas en la salud pública y los derechos humanos. A lo largo de más de tres décadas, esta conferencia ha reunido a profesionales de la salud, responsables de políticas públicas, representantes de organismos internacionales y personas usuarias de drogas para compartir investigaciones, experiencias y estrategias efectivas en la reducción de daños. Este año fue la primera vez que se realiza esta conferencia en el sur global.
Aplicaciones prácticas de la RRyD en la Ciudad de México
Algunas de las estrategias de RRyD implementadas en la Ciudad de México incluyen:
Acompañamiento emocional en psicoterapia de RRyD: reconoce que la atención debe adaptarse a las necesidades y objetivos de cada persona, no solo centrarse en el consumo en sí, sino en todos los factores que componen las situaciones de vida de las personas.
Espacios 100 % libres de humo de tabaco: Protegen a quienes no fuman de la exposición al humo y promueven entornos más saludables para toda la población.
Programa "Conduce sin alcohol": Disminuye la mortalidad por accidentes automovilísticos relacionados con el consumo de alcohol mediante operativos preventivos y sensibilización.
Pruebas rápidas de detección de VIH, sífilis y hepatitis: Facilitan el acceso al diagnóstico oportuno, la prevención y la vinculación con servicios de salud, lo que contribuye a reducir la transmisión de infecciones de manera voluntaria y confidencial.
Programas de análisis de sustancias: Permiten a las personas usuarias conocer la composición de las sustancias que consumen, identificar adulterantes o concentraciones peligrosas y, con ello, tomar decisiones más informadas que disminuyan los riesgos asociados.
Estrategias de trabajo comunitario y territorial: permite tener un acercamiento con la población que ocupa el espacio público y así brindar información, consejería y kits de reducción de riesgos y daños que permitan vincularse a un servicio de salud en caso de ser necesario y/o poner en práctica estrategias de autocuidado.
Estas acciones buscan proteger la salud pública, reducir los daños asociados al consumo de sustancias y ampliar el acceso a servicios de salud para todas las personas.
Conclusión
La reducción de riesgos y daños es una política de salud pública que prioriza la protección de la salud y los derechos de las personas que consumen sustancias psicoactivas, reconociendo la necesidad de enfoques más humanos y efectivos. Tanto a nivel internacional como nacional, se están adoptando medidas que reflejan este cambio de paradigma, enfocándose en la evidencia científica y el respeto a los derechos humanos. Dichas medidas, han demostrado mayor vinculación con las personas usuarias de sustancias psicoactivas, familias y comunidades, ya que al poner la dignidad como centro en las diferentes intervenciones las personas se asumen como sujetas de derechos y participan activamente en el cuidado de su salud.